27 de abril de 2010

Comunidades indígenas en el Externado

Isaac Gabriel Barros Pana

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¿Cómo se toma la decisión para que estudien fuera de la comunidad?

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Indígenas en Colombia

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Vivir en Bogotá

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¿Qué nos enseñan los Wayuu a los arijunas, a qué nos invitan?

[audio:http://portaljoven.uexternado.edu.co/bl4ck4ciD-PJU3C-d3viL/wp-content/uploads/2010/04/wayuu-Parte-VII.mp3|titles=wayuu Parte VII]

“Mi madre o mi abuela me despiertan diciéndome ’jamus pulapuin’ que significa ¿qué soñaste?, para nosotros el sueño tiene una gran importancia ya que ellos nos dicen cómo será el día o qué vendrá en los siguientes días.”

Así comienzan los días para los Wayuu, así en las luces y en las penumbras oníricas descubren su devenir, así luchan por conservar sus narraciones fantásticas que explican su cosmovisión y los cantos de la madre tierra puestos en sus costumbres y su cultura oral.

Así son, así vive la comunidad indígena más grande de Colombia, asentada en el departamento de la Guajira y que extiende su territorio hasta el estado de Zulia en Venezuela. Entre el sol y la arena, hombres y mujeres de cabelleras negras y tez oscura, pastorean sus animales, tejen y construyen cerámicas para la venta, cazan y pescan para su sobrevivencia. Existen, tienen sus propias leyes y buscan el equilibrio con el mundo de afuera, que los reconozca y respete en su otredad.

De allí es Isaac Gabriel Barros Pana, estudiante indígena del programa de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Externado de Colombia, quien pertenece a la comunidad Pariyen y al clan Epieyu de la etnia Wayuu. Él, como otros indígenas de su familia, salió de su territorio para aprender de afuera, de los arijunas*, del mundo occidental, de las leyes que no son suyas pero los involucran, para educarse y devolver estos conocimientos en defensa de su raza.

Para saber cómo es su vida en Bogotá y conocer más de su pueblo indígena, Isaac concedió una entrevista al Portal Joven.

Portal Joven (PJ): ¿Cómo se toma la decisión para que estudien fuera de la comunidad?

Isaac Barros (IB): Las comunidades han visto la necesidad de que jóvenes como yo, aprendan lo del mundo occidental ya que estamos en constante relación con él. Muchas veces los Wayuu hemos salido perjudicados, se han aprovechado de nosotros por no saber hablar la lengua castellana o nos han manipulado por nuestra ignorancia en cuanto a las leyes, las decisiones del gobierno o las costumbres de los arijunas.

Por esta razón, nuestros mayores se han concientizado de que nosotros los jóvenes tenemos las capacidades de venir a universidades como ésta a aprender todo lo del mundo occidental y así lograr un equilibrio en las relaciones entre los arijunas y los Wayuu.

El interés es que estudiemos, volvamos a la comunidad y trabajemos por ella. Venimos a aprender para retribuirlo a la comunidad, pero prevaleciendo siempre nuestras costumbres, nuestro saber como indígenas.

La etnia Wayuu es muy abierta, no existen restricciones sobre las carreras que estudiamos, nosotros venimos a aprender todo lo que podamos aprender, venimos a captar todo lo que podamos ver que sea beneficioso para nuestra comunidad. El objetivo es estar preparados en cualquier negociación con el gobierno u otra etnia para alcanzar el equilibrio.

PJ: ¿Cómo es la vida de un indígena en Bogotá?

IB: Es 100% diferente a lo que vivimos en el territorio. Empieza muy temprano. Nos dedicamos al pastoreo, a los animales, a la siembra, a las huertas, cosas que acá no. En nuestro territorio los días se nos hacen más largos, el tiempo avanza más lento, en Bogotá todo es más rápido, aquí uno se acostumbra hasta a caminar así y cuando llegamos al territorio y caminamos al lado de nuestros primos o tíos, se extrañan del ritmo acelerado. Son costumbres bastante diferentes. El andar abrigados o la inseguridad que hace que estemos prevenidos, son cosas que en el territorio no pasan, allá usted puede andar libremente, tranquilo, sin preocupaciones.

Pero sabemos que es un esfuerzo necesario para nuestras comunidades y para nosotros mismos como personas. Lo hacemos con el mayor de los gustos, teniendo siempre presente nuestras convicciones indígenas. Estando en Bogotá seguimos viviendo como indígenas… es una fuerte convicción que tenemos.

PJ: ¿Qué nos enseñan los Wayuu a los arijunas, a qué nos invitan?

IB: Los Wayuu invitan a todas las personas a ser más unidas, a ser más solidarias, a sentir al otro no como una persona cualquiera sino como parte de una familia. A los compañeros, a quienes conocimos en la Universidad, les hemos enseñado a compartir, a vivir en familia, sin necesidad de ser hijos de la misma madre, ni primos, ni tíos. No es solo vivir en el mismo techo, sino que existe un lazo de hermandad que nos manda la madre tierra, eso es lo importante, eso es lo que los wayuu en esta universidad hemos dado a conocer y lo hemos hecho mediante las danzas indígenas y comidas, donde invitamos a los hermanos de otras etnias o a los arijunas a compartir. Un aporte grandísimo es aprender a convivir.