12 de mayo de 2010

Las tres “R”, compromiso de todos

Biblioteca

Con el método de las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar, se evita el deterioro medioambiental y se disminuyen los efectos del calentamiento global. Todos podemos contribuir y ser parte de la solución.

El actual estilo de vida favorece la cultura del ‘usar y desechar’. Cada vez se consumen productos con más empaques y menos durables, responsables de la generación de residuos contaminantes.

Reducir

Diariamente se puede reducir el consumo de agentes y sustancias contaminantes que afectan la capa de ozono y alteran el medio ambiente. Algunas prácticas que se pueden implementar para cumplir este objetivo son: Disminuir el consumo de agua y energía, evitar consumir productos que contengan envolturas para impedir la generación de basuras, utilizar pilas recargables, reducir el uso de aerosoles, utilizar bolsas de tela u otro material que sea fácil de reutilizar al momento de comprar.

Reutilizar

Es usar tantas veces sean posibles los bienes y productos, antes de eliminarlos o desecharlos para formar menos desechos. Por ejemplo: Imprimir el papel por ambas caras: si una de las caras está utilizada se puede emplear para apuntes o reutilizarla para impresión; emplear los frascos de vidrio o latas para guardar alimentos u objetos pequeños y comprar las bebidas en botellas retornables para ser utilizadas nuevamente.

Reciclar:

Es el “proceso donde materiales de desperdicio son recolectados y transformados en nuevos materiales que pueden ser utilizados o vendidos como nuevos productos o materias primas”. Así, es posible aprovechar los materiales de los artículos o productos que se usan para la fabricación de nuevos objetos.

¿Cómo reciclar en los hogares?

Casi el 90% de la basura doméstica es reciclable y se debe separar en diferentes contenedores dependiendo del tipo de material: papel, vidrio, cartón y residuos orgánicos.

Los residuos orgánicos son biodegradables, esto significa que se descomponen naturalmente para convertirse en otro tipo de materia orgánica. Ejemplo: los restos de comida, frutas y verduras, sus cáscaras, carne, huevos, entre otros.