25 de octubre de 2011
Espacios aprobados para grafitis en Bogotá
Por Daniel Vásquez Jiménez. Facultad de Comunicación Social – Periodismo, Universidad Externado de Colombia.
Bogotá es sin duda una de las ciudades más multiculturales de Colombia, abarca diversidad de razas, gustos, religiones y condiciones, de igual manera existen los grafitis que son expresiones artísticas donde centenares de jóvenes expresan con colores llamativos y letras estrambóticas mensajes críticos, amorosos y de ideales. Gracias al proyecto de acuerdo emitido desde el Concejo de Bogotá habrá espacios permitidos para que los artistas manifiesten de manera tranquila y legal aquellas expresiones visuales que muy seguramente embellecerán la ciudad.
Liliana de Diago, concejal de Bogotá fue la ponente del Proyecto 291 de 2011, por medio del cual se habilitan espacios en las diferentes localidades de la ciudad para uso de grafitis. “Como ponente del proyecto quise plantearlo y debatirlo en el recinto del Concejo, pues era un tema que se tenía en el olvido y no se habían establecido regulaciones claras acerca del mismo, por lo que me pareció importante darle nuevamente cabida dentro de las leyes que cobijan a Bogotá, ya que considero que la ciudad estaba perdiendo aquellos murales llamativos que transmitían belleza y mensajes alusivos a la comunidad y sobre todo quiero que los jóvenes grafiteros tengan espacios de libertad de expresión sin tener que estar escondiéndose de las autoridades ni vecinos que muchas veces los juzgan por su manera de vestir o sencillamente porque creen que lo que hacen es vandalismo y daño a la ciudad”, aseguro la concejal.
Pero no todo es libertad para los artistas, pues muchos vecinos de las localidades de Teusaquillo, los Mártires y Barrios Unidos han presentado firmas frente a las alcaldías locales para censurar y prohibir rotundamente los grafitis en los muros de los barrios donde habitan. Julio Domínguez, residente del barrio Modelia, aseguro que le parece el colmo que el Concejo en lugar de estar haciendo cosas realmente productivas por la ciudad, esté consintiendo a estos jóvenes que no son sino vagos, que no solamente se dedican a dañar la ciudad sino también a meter vicio en los parques y muchas veces a nosotros mismos nos toca sacar de nuestro bolsillo para limpiar las fachadas de las casas y los negocios que son dañados por estos vándalos.
No obstante y aunque hayan múltiples quejas por la nueva reglamentación, Magda Mosquera funcionaria de la Secretaria de Cultura comentó que el Instituto de Recreación y deporte (IDRD) y la secretaria están trabajando de la mano para hacer campañas de rehabilitación en jóvenes con problemas de drogadicción y alcoholismo e integrarlos para trabajar por la ciudad y unirlos con los 200 grafiteros que están carnetizados para que vean en la cultura un modo de vida. De igual manera se les darán cursos de mezcla de colores y dibujo para que puedan unirse a la obra social y puedan expresar cualquier sentimiento a través de los muros.
David Bermúdez, grafitero desde hace cinco años asevera que no debió haber existido esa regulación, ya que ellos expresan sus ideas muchas veces en contra de las políticas del gobierno, por lo que considera que se van a sentir como en un colegio, vigilados por todo el mundo y sobre todo que el grafiti va a perder su esencia al ser controlado por las autoridades pertinentes. “La idea del grafiti es expresar, por eso me parece chimbo que ahora nos limiten los murales porque primero no van alcanzar los muros para todos los que somos y segundo vamos a estar supeditados a lo que los vecinos quieran y autoricen si se debe pintar o no, a mí la verdad me parece que en esas condiciones no vale la pena trabajar, por eso esa ley o como se llame no me importa y obvio que voy a seguir con mis pinturas pero donde se me dé la gana y no donde me lo impongan”.
El Capitán de la Policía Filiberto Fernández, aseguro que aquellos jóvenes que no cumplan con la norma, es decir que no usen los muros que se han establecido para uso de grafitis y por el contrario se les coja dañando fachadas de casas, postes o negocios serán castigados según la norma policial, ya que ese vandalismo o daños a la ciudad perjudican el buen vivir de la comunidad.
Pero también hay quienes están de acuerdo con la norma, como Julián Botero, quien es artista hace tres años y ha adornado y manifestado sus ideales en la localidad de Teusaquillo. Según él, ahora van a poder estar tranquilos sin tener que huir cuando vengan las patrulla de policía. “Muchas veces me cargaron a la Unidad Permanente de Justicia (UPJ), porque estaba pintando y la verdad eso me daba mamera porque muchas veces me golpearon y me encanaron por más de 48 horas, según eso porque me encontraba fumando mariguana cuando ni me gusta ni lo hago cuando estoy pintando, solo eran excusas para tenerme ahí y quién les dice algo a esos tombos”.
El proyecto pasó el primer debate en el Concejo de Bogotá, luego si queda aprobado en su segundo debate pasaría a sanción de la alcaldesa en los próximos 20 días para que empiece a regular como ley en la ciudad.