30 de abril de 2012

Orquídeas a un paso de desaparecer

Por Nathalia Sarmiento Ayala Estudiante de la Facultad de Comunicación Social -Periodismo

Cerca del 40 por ciento de las 3.500 especies de orquídeas nacionales están en peligro de desaparecer, por cambio climático y tala indiscriminada de bosques. Para evitar la extinción total, ingeniero ambiental de la Universidad Nacional busca reproducir la flor en laboratorio.
Jorge Sánchez Prieto se define como un buscador de tesoros naturales. Un día de 1989, llegó de casualidad al occidente del país en busca de nuevas especies de aves. Pero sin quererlo, en medio del recorrido, terminó encontrando orquídeas que habían nacido entre cientos de árboles viejos. Su pasión por el estudio de esta planta creció tanto, que hace seis meses por medio de manipulación genética logró darle vida a una exótica flor de color lila, azul, violeta y blanco.

En menos de tres hectáreas, de las 11 que tiene en una finca situada en La Mesa de Los Santos, a una hora de Bucaramanga, Sánchez instaló hace ocho años un laboratorio y un vivero en los que comenzó su trabajo con más de 6.000 plántulas, entre híbridas y especies silvestres.

Durante el primer año mantuvo las plántulas en pequeños frascos con nutrientes, y expuestas a poca luz, cuando las plantas alcanzaron los tres centímetros fueron trasplantadas a un matero con abonos especiales, y permanecieron a una temperatura de 25 grados centígrados, después de cuatro años de germinación, las semillas fueron polinizadas y sirvieron de plantas madres para la producción de las nuevas, hasta obtener más de 50.000 orquídeas en su laboratorio .”Para fertilizar se imita a los insectos que son los que hacen el trabajo de polinización. Con un palillito aséptico (esterilizado) pasamos el polen de una orquídea a otra para que las semillas se formen en una cápsula de la planta”, precisa.

En el mundo hay más de 35 mil clases de orquídeas, cerca del 60 porciento se encuentran en Colombia, según los expertos es muy probable que en menos de 10 años estas especies desaparezcan, debido a los fuertes impactos ambientales. La erradicación de cultivos ilegales con glifosato ha contribuido a la desaparición de la planta, además del calentamiento global, que altera la circulación de neblina, impidiendo el crecimiento de esta especie.

Además de su belleza y su sorprendente capacidad de adaptación, las orquídeas son epífitas, es decir, que usan como soporte para vivir a otras plantas, convirtiéndolas en un termómetro y medidor de la salud de los ecosistemas. Según el biólogo y profesor de la Universidad Nacional, Julio Betancur, “las orquídeas juegan un papel clave en la vida de otras especies y hábitats. Si los colibríes son las joyas aladas del mundo natural, las orquídeas son los tesoros escondidos en la niebla”.

Las orquídeas ocupan el primer lugar entre las familias de plantas con mayor número de especies amenazadas, según una investigación hecha por la Universidad Nacional en el año 2011. De las 3.500 especies conocidas, 1.220 están en “peligro crítico”, 900 en “categoría de peligro”, y 350 tienen un nivel de desaparición “vulnerable”.

La conservación del hábitat natural de las orquídeas, y la experimentación en laboratorios, será el único camino para proteger a una de las familias botánicas más raras y de mayor variedad de la naturaleza; mientras llega el 2016, momento en el que terminará la reproducción de las plantas en el laboratorio, Jorge Sánchez seguirá viajando para capacitar a los campesinos sobre la importancia de preservar esta planta que se encuentra a un paso de desaparecer.